El Día Mundial de
Concientización sobre Autismo se celebra el 2 de abril de cada año, con el
objetivo de aumentar la conciencia sobre esta enfermedad y fomentar el
diagnóstico precoz.
¿Qué
es el autismo?
El trastorno del espectro
autista (TEA) y el autismo son términos generales que designan un grupo de
complejos trastornos del desarrollo cerebral. Estos trastornos se
caracterizan por las dificultades en la interacción social, la comunicación
verbal y no verbal y los comportamientos repetitivos.
Estos incluyen el trastorno
autista, el síndrome de Rett, el trastorno desintegrativo infantil, el
trastorno generalizado del desarrollo y el síndrome de Asperger. TEA se
relaciona con la discapacidad intelectual, las dificultades en la coordinación
motora y la atención, y los problemas físicos de salud tales como el insomnio y
los trastornos gastrointestinales. Algunas personas con TEA sobresalen en
habilidades visuales, música, matemáticas y arte.
El autismo parece tener sus
raíces en el desarrollo cerebral temprano. Sin embargo, los signos más
evidentes del autismo y sus síntomas, suelen surgir entre los 2 y 3 años de
edad.
Causas
No hay una causa del autismo
así como no hay un tipo de autismo. En los últimos años, los científicos han
identificado modificaciones genéticas raras asociadas con el autismo.
Sin embargo, la mayoría de los casos de autismo parecen ser causados por una combinación
de genes y factores ambientales que influyen en el desarrollo temprano del
cerebro.
En presencia de una predisposición
genética al autismo, un número de factores del medio ambiente parecen aumentar
más el riesgo de un niño. La evidencia más clara de estos factores implica
acontecimientos ocurridos antes y durante el parto. Estos pueden ser: edad
avanzada de los padres, enfermedades maternas durante el embarazo y ciertas
dificultades durante el parto (relacionadas con los períodos de privación
de oxígeno en el cerebro del bebé).
Cabe destacar que estos
factores por sí solos no causan autismo, sino que en combinación con los
factores de riesgo genéticos, parecen incrementar ligeramente riesgo.
Síntomas
Los trastornos del espectro
autista (TEA) se caracterizan por dificultades de interacción social,
problemas de comunicación y tendencia a involucrarse en conductas repetitivas.
Sin embargo, los síntomas y su severidad varían ampliamente.
Desafíos
sociales
La mayoría de los niños que
desarrollan autismo tienen dificultades para participar en las interacciones
humanas. A los 8 o 10 meses de edad, los bebés que van a desarrollar autismo ya
muestran algunos síntomas como la falta de respuesta a sus nombres y la falta
de interés hacia las personas.
Hacia la niñez temprana,
muchos niños con autismo tienen dificultades para jugar, no imitan las
acciones de los demás y prefieren jugar solos.
La investigación sugiere que
los niños con autismo están apegados a sus padres. Sin embargo, la forma en que
expresan esto puede ser inusual.
Una persona con autismo no
puede entender que otras personas tienen diferentes pensamientos, sentimientos
y metas. Esto puede interferir con la capacidad de predecir o comprender
acciones de otra persona.
Las personas con autismo
suelen tener dificultades para regular sus emociones. La tendencia a
“perder el control” puede ser particularmente notable en situaciones poco
familiares, abrumadoras o frustrantes. La frustración también puede resultar en
conductas como golpearse la cabeza, darse tirones de pelo o morderse a sí
mismo.
Dificultades
de comunicación
Los niños pequeños con autismo
suelen experimentar retrasos significativos del lenguaje, aunque con terapia,
todos pueden aprender a comunicarse.
Muchos niños no verbales
aprenden a utilizar sistemas de comunicación tales como imágenes, lenguaje de
señas, procesadores electrónicos de texto o dispositivos de generación de voz.
Cuando el lenguaje comienza a
desarrollarse, la persona con autismo pueden utilizar el lenguaje de manera
inusual. Algunos tienen dificultades para combinar palabras en oraciones
con sentido, pueden hablar sólo con palabras sueltas o repetir la misma frase
una y otra vez. Algunos pasan por una etapa en la que repiten lo que oyen al
pie de la letra (ecolalia).
Algunos niños levemente
afectados muestran sólo ligeros retrasos en el lenguaje o incluso desarrollan
un lenguaje precoz y vocabularios inusualmente ricos.
Otra dificultad común es la incapacidad
de comprender el lenguaje corporal, el tono de voz y las expresiones que no
están destinadas a ser tomadas literalmente.
Una persona con autismo puede
no mostrar un lenguaje corporal normal. Las expresiones faciales, los
movimientos y los gestos pueden no coincidir con lo que están diciendo. Su tono
de voz puede no reflejar sus sentimientos.
Afortunadamente, existen
métodos probados para ayudar a los niños y adultos con autismo a aprender
mejores maneras de expresar sus necesidades.
Dr. David Ruiz Vela
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